miércoles, 10 de diciembre de 2008

Los ordenadores de mi vida (III): IBM Aptiva (1997-2000)

Durante tres años estuve sin ordenador en casa (aunque sí tuve una Super Nintendo). En ese tiempo, la actividad que ocupaba la mayor parte de mi tiempo libre era leer comics y escribir guiones, para lo cual mis padres me regalaron una máquina de escribir electrónica de marca Brother (no era la de la foto, pero muy parecida).

En las navidades de 1997, mi padre compró un nuevo PC, ya que por primera vez, le pareció que le vendría bien tener un ordenador para ayudarle en las tareas del trabajo. Se trataba de un IBM Aptiva que tenía 4 GB de disco duro, un procesador Pentium MMX a 200 MHz, y 16 MB de RAM. Venía con Windows 95, y ése fue mi primer contacto con dicho sistema operativo.



También fue la primera vez que una suite ofimática se convertía para mí en una de las principales aplicaciones del ordenador. En parte porque reemplazó a la máquina de escribir que utilizaba para mis guiones de comics, y en parte porque en el instituto tenía que hacer más trabajos que en el colegio, y tuve que tirar del procesador de texto para la mayoría de ellos. Durante bastante tiempo utilicé la aplicación ofimática con la que venía el ordenador: Lotus SmartSuite, especialmente por el procesador de texto Lotus Word Pro (en realidad, el único que utilizaba de la suite).

Poco después, y también de la mano de este ordenador, llegó mi primera conexión a Internet. En aquella época el ordenador no estaba conectado a Internet de forma permanente, y cuando se hacía normalmente era para consultar el correo o visitar una página web. Para obtener software, una vía común eran los CDs que incluían las revistas de informática, que solían venir con bastantes programas, especialmente shareware y gratuitos, para multitud de fines. Uno de aquellos CDs contenía, entre otras cosas, tres programas: Microsoft Internet Explorer 4, Netscape Communicator 4.5, y StarOffice 5.2 (aunque no puedo asegurar a ciencia cierta que fuera esa versión).

A pesar de que en principio instalé Internet Explorer por eso de que era el de Microsoft y el único que me sonaba en aquel tiempo, después de leer varias veces en Internet acerca de los defectos de éste, y cuan superior era Netscape, decidí ponerme el otro y ahí se quedó.

Y con este ordenador fue con el que cogí esto de la programación con la mayor intensidad. Gracias a internet, comencé a investigar sobre otros lenguajes para salir por fin del BASIC. Parecía que el lenguaje por excelencia utilizado por los profesionales en prácticamente todos los campos era C, mientras que había otro llamado Pascal que, según sus seguidores, era tan potente como C pero infinitamente más accesible. Antes de que me diera tiempo a probar ninguno de los dos, llegué a un lenguaje que, según decían en el reportaje gracias al que lo descubrí, unía las virtudes de los otros dos, y estaba precisamente orientado al desarrollo de videojuegos: se trataba ni más ni menos que de DIV Games Studio.
Aún sueño con él por las noches

Ya ni sé cuántos juegos realicé con este lenguaje (no juegos completos desde el punto de vista convencional, sino juegos distintos tipos de juegos -RPG, carreras, plataformas...- de un solo nivel y cosas así), y quizá hasta conserve en disquete algunos de ellos, pero DIV me enamoró totalmente. Y este ordenador duró hasta que me regalaron en el 2000 el primer ordenador para mí solito (y aún más tiempo).

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