jueves, 13 de noviembre de 2008

Los ordenadores de mi vida (II): Amstrad PC 286 (1993 - 1994)

Cuando mi Spectrum murió, la economía en mi casa no estaba como para hacer grandes gastos, así que mis padres no pudieron comprarme un nuevo ordenador. En su lugar, me apuntaron a clases extraescolares de informática después de clase, con lo que tuve mi primer contacto con los PCs.

Los equipos que teníamos en el aula de ordenadores no tenían disco duro, sino dos disqueteras de 5 1/4. En cada ordenador, un archivador contenía varios discos: el MS-DOS, WordPerfect y algunos juegos (que algunos días si acabábamos pronto nos dejaban degustar). Normalmente trabajábamos con el programa en cuestión (bien la línea de comandos de MS-DOS, o un documento de WordPerfect) en la primera disquetera, y nos traíamos nuestros discos de casa para grabar los trabajos de cada uno.

Mi única forma de usar un ordenador por aquel entonces era quedarme después de las clases a trastear un poco, y lo único que recuerdo haber programado en el tiempo que estuve sin ordenador fue una versión de TRON en GW-BASIC (un intérprete que venía incluido en MS-DOS). Y es que, a grandes rasgos, GW-BASIC no exigía de una adaptación demasiado traumática para alguien que viniera del Spectrum, ya que continuaba utilizando números de línea para secuenciar las instrucciones.

Por aquellos años, era bastante difícil encontrar un ordenador que costase menos de 200.000 pesetas (1.200€ de hoy, aunque habría que tener en cuenta la inflación desde entonces, con lo que a ojo de buen cubero podrían ser fácilmente 2.000€), pero Amstrad, una compañía que en tiempos del Spectrum se había hecho popular con su CPC, se había pasado al mercado de los clónicos de IBM-PC, ofreciendo el modelo 1512 a un coste muy inferior al de la media de la época, lo que le dio cerca del 25% del mercado europeo. Ése no fue el modelo con el que yo me hice (que tenía un procesador 8086), sino con uno posterior que tenía un procesador 80286 y un disco duro de 40 MB.

Hubo dos razones que influyeron en la compra de ese modelo. La primera convenció a mi padre, la segunda me convenció a mí. En primer lugar, ése era un modelo ya bastante antiguo cuando lo compramos (si no recuerdo mal, los ordenadores más caros llevaban ya procesador 486), con lo cual era mucho más barato que los otros (creo recordar que costó unas 100.000 pesetas -600€-). La otra razón fue que además del mencionado disco duro y la disquetera de 3,5" (que ya hacía tiempo que era estándar), tenía también una unidad de discos de 5 1/4, con lo que podía utilizar todos los programas que había conseguido en ese formato cuando fui a las clases de informática.

Junto al ordenador, me vino un archivador con varios discos de 3,5" con unos cuantos juegos (la mayoría no me llamaban mucho la atención, pero pagaría por conocer los títulos de todos para volver a jugarlos hoy día), el MS -DOS, y algunas aplicaciones de ofimática que jamás utilicé. Éste fue, sin duda, el ordenador al que menos partido he sacado, ya que misteriosamente dejó de funcionar cuando hacía poco más de un año que lo tenía. En este caso, MS-DOS no incluía GW-BASIC, sino QBASIC, con el que aprendí la programación estructurada tradicional sin números de línea.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Solo un año? Siempre pense que en esa epoca los ordenadores eran todos mucho mas solidos, el PC 286 de mi casa todavia funciona tras casi 20 años. Supongo que IBM por entonces estaba en su mejor momento

Xanday dijo...

De nuevo que buenos recuerdos. De los ordenas de clase sin hd y con dos disqueteras de 5' 1/4 y de mi 286 (con solo una disquetera de 5' 1/4). Lo que lloré cuando mi primer juego se lo llevó un maldito disquete de esos. Que malos eran! se estropeaban con mirarlos.

Mi 286 funciona. Y su teclado lo sigo usando :). Y amo el sonido de su disco duro :D

Jedive dijo...

Jeje pues se ve que yo tuve mala suerte, aunque seguramente sólo fue la fuente de alimentación que cascó. Por entonces no tenía mucha idea de hardware, así que nunca lo supe :(