Después de haber leído el comic en cuestión, y de leer numerosas críticas y ver los premios que se ha llevado, tengo la impresión de que estamos ante una de las obras más sobrevaloradas de los últimos tiempos. Quizá es que últimamente la cosa está muy mal en el mundo del comic y realmente sí que sea cierto que es de lo mejor que se ha publicado recientemente, pero me dolió en el alma leer en algunos blogs que esta obra superaba a la historia titulada "¿Cuál fue el destino del Hombre del Mañana?", escrita por Alan Moore y dibujada por Curt Swan allá por los años 80. La obra que nos ocupa está escrita por GrantMorrison (buen guionista, pero ni de lejos uno de los grandes genios del comic) e ilustrada por Frank Quitely (quien creo que hace un gran trabajo).
Supongo que después de hacerte ciertas expectativas con lo comentado por internet, hay muchas posibilidades de resultar decepcionado. Pero el caso es que, incluso diciendo "me esperaba algo más", es fácil reconocer cuándo estas ante una obra maestra. Y en una obra maestra, no espero encontrarme algunas cosas que he visto en este comic. Si no quieres tragarte algún spoiler, mejor que dejes de leer.
Bueno, empecemos por el principio. Superman rescata a una misión espacial en peligro, pasando demasiado cerca del Sol. Recibe una cantidad de radiación solar superior a la que sus células pueden asimilar, y ésto tiene una doble consecuencia: por un lado, le hace obtener nuevos poderes; por otro, Superman va a morir. Esto último nos coloca ante una interesante trama: en sus últimos días, quiere dejar los cabos sueltas de su vida bien atados, y terminará enfrentándose a doce pruebas. Pero volvamos a lo primero: Superman ha adquirido nuevos poderes, y sinceramente esto es algo que me chirría muchísimo. Si ya de por sí me parece difícil hacer una buena historia con Superman, por la dificultad de ponerle un reto delante que le suponga dificultad, imaginad cuando oportunamente puede haber adquirido un nuevo poder para salir al paso.
La mayor pega que a mi juicio tiene esta historia es la forma muchas veces risible en que se han resuelto algunas situaciones. Pongamos un ejemplo. Superman se lleva a Lois Lane a la Fortaleza de la Soledad, donde la revela que es Clark Kent. A continuación,presenciaremos una de las escenas más surrealistas de los últimos tiempos: Lois no cree a Superman, y empieza a preguntarse por qué la estará engañando. La conclusión a la que llega es que quizás se esté volviendo loco, y puede que ella esté en peligro, así que, ni corta ni perezosa, coge una pistola de kriptonita y le mete un tiro. Así, como lo oís. Todo para que Superman descubra que ahora se ha vuelto inmune a la kriptonita, y lo justifica con la patochada más grande que os podáis imaginar. Parece ser que los robots de la Fortaleza estaban realizando un experimento que podría haber afectado inintencionadamente al cerebro de Lois y haberla hecho sufrir delirios. Llegado a este punto, que es aún al comienzo de la historia, empecé a tener la impresión de que el señor Morrison se estaba quedando conmigo.
Pero no queda ahí la cosa. Los recursos al deus ex machina, resolviendo situaciones de una forma accidentada y sin ninguna coherencia, van más allá. Por ejemplo, un poco después tenemos a Jimmy Olsen cubriendo un reportaje en la sede de P.R.O.J.E.C.T., a quien dan permiso para acceder a todos los recintos, y el muy patoso acaba colgando de una plataforma. Utiliza su reloj sónico, y Superman aparece al rescate. Todo esto se hace porque resulta que estaban trabajando con kriptonita negra, que hace que Superman se convierta en su yo malvado, y así tenemos un capítulo molón con Superman haciendo putadas (pero tampoco os creáis, que es un malo muy de pega). Y yo diciendo que quizá la cosa mejore, pero es que a la altura de lo que llevaba leído, ya empiezan a aparecer en la portada cartelitos de que si se había llevado un premio Eisner y tal. Vaya, pues va a ser por aquí ya les parecía una gran serie.
Y después de que Morrison abusara de mi inocencia y pretendiera que me tragase cosas como las que os he comentado, ya estaba tan molesto que me ha sido imposible disfrutar del resto de la obra, aunque tampoco hay que alarmarse, que todo lo que pasa ya lo había visto antes. Y es que cuando veo a Lex Luthor levantarse de la silla eléctrica con unos recién adquiridos poderes, no pude evitar acordarme de aquel capítulo de la antigua serie de televisión de Superboy y descojonarme de la risa.
El resumen de todo esto: el comic no me ha parecido ni de lejos la obra maestra que todos pintan. Sería bueno si no fuera por todas las tonterías que Morrison ha metido, y lo pondría, la verdad, a medio camino entre la mediocridad y una obra de calidad. Quizá si no me hubiese esperado nada simplemente la hubiese leído, hubiese pasado la tarde, y ni me hubiera molestado en escribir esto, pero después de tanto bombo no lo he podido evitar. Y al fin y al cabo, os estoy haciendo un favor: si te lees el comic después de leer mi reseña, seguro que te parece mucho mejor de lo que yo digo.
Ahora a ver si pillo por ahí la etapa de John Byrne en la serie y me la releo, que según el recuerdo que tengo era mejor que ésta.
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